martes, 9 de noviembre de 2010

¿CRISIS? DESTERREMOS ESA PALABRA DEL VOCABULARIO

Es que, veréis, estoy re-harta de la palabrita.
La televisión, la radio, los periódicos, en los libros, en el mercado, en el autobús, en la cola de cualquier cosa… todo el mundo pronuncia cada diez palabras, la palabrita.
Eso no sería importante sino fuera acompañada de miedo, temor, sufrimiento, que es lo que expresan las personas cuando hablan de ella.
Hace muchos años, leí que los chinos atribuyen al equivalente en su idioma dos acepciones: una, la misma que nosotros pero la otra, completamente diferente. Esta segunda afirma que “crisis” es “oportunidad”.
¿Por qué no vemos la Oportunidad en lugar de la Catástrofe?
Creo firmemente que por la impronta de cuando éramos niños y todos los adultos que nos rodeaban nos entrenaron en creer lo que ellos decían sin cuestionarlo. Tal vez, y digo sólo tal vez, esto sea en una cierta medida operativo en la educación infantil. Pero si los adultos fueran conscientes de las consecuencias que un acto tan sencillo (aparentemente) tiene, se cortarían la lengua. Porque sí, una vez entrenados, de mayorcitos seguimos haciendo lo mismo: nos creemos sin cuestionarnos en absoluto, todo lo que nos dicen aquellos a los que les damos autoridad sobre nosotros, el Papá Estado, la Mamá Moral, el jefe, el funcionario de correos, el Tío Periódico y la Abuelita la Tele…
A todas estas autoridades les encanta la cultura del Terror, enfocar lo peor, aumentarlo mil veces, mentir, tergiversar, envenenar… ¿Por qué? Porque cuando tenemos miedo, nuestro pobre cerebro se ve imposibilitado de usar la lógica y p-e-n-s-a-r. De manera que entonces, por ese mimetismo gregario, seguimos lo que hacen otros, lo que otros dicen, y parece que el miedo se calma un poco. Y ahí es donde pretenden tenernos: personitas obedientes que toleran lo que no puede tolerarse.
Pues propongo que nos rebelemos, que dejemos de creer lo que nos cuentan sólo porque lo cuentan personas que figura que “saben”. Propongo que usemos nuestra capacidad de pensar para cuestionar esta famosa crisis. Y que veamos la oportunidad y no la catástrofe. Que actuemos en consecuencia, trabajando con ahínco para que esa oportunidad se abra a nosotros como la fruta madura y podamos degustar con placer su sabor.
Con esta actitud, hemos creado desde nuestra empresa un servicio para Fidelizar a los Clientes que no piensa en crisis (no van a comprar, la gente no tiene dinero) sino en oportunidad. Nos hemos detenido a pensar sobre las necesidades emocionales de los Clientes y hemos armado unos Programas, sencillos pero emocionantes que harán que los Clientes deseen seguir comprando, porque reciben mucho más de lo que pagan.
Y tú, ¿catástrofe u oportunidad?
Hasta prontito

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